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ROCK-OLA, El Espíritu de la Movida

¡Bienvenidos de nuevo a Spirit Of The 80s!

Origen

El 31 de marzo de 1981 tuvo lugar la apertura de la Sala Rock-Ola (cuyo nombre ideó Gustavo Sánchez, por encargo de Mario Armero).
Los primeros conciertos fueron del grupo punk británico U.K. Subs, los días 3 y 4 de abril, y una semana después, Rubi y los Casinos inauguraban la lista de grupos españoles.

La Sala Rock-Ola estaba situada en el número 5 (actual número 3) de la calle Padre Xifré, de Madrid, y constituyó uno de los centros neurálgicos de la llamada Movida madrileña entre 1981 y 1985, manteniéndose sin embargo la Sala Marquee, contigua al Rockola, y “madre” de ésta.

Repasemos la historia de esta emblemática sala de conciertos, contando sus orígenes.

La prima Hermana

En septiembre de 1980, se inaugura como sala de conciertos la Sala Marquee, con la actuación de Secretos, Nacha Pop y Mamá. La dirección de la sala se completaba inicialmente con Pepo Perandones y Floren Moreno como DJ’s, y Mario Armero como aval de las contrataciones internacionales. La línea gráfica característica de la Nueva Ola Madrileña la establece inicialmente Gustavo Sánchez, un joven diseñador gráfico cuyos trabajos decoraban las paredes del Pentagrama (“El Penta”) que fue quien diseñó el logotipo del Marquee y posteriormente el nombre y el logotipo del Rock-Ola.

Desde el primer momento el joven equipo profesional del Marquee estableció una línea clara, basada en traer a la sala a los nuevos grupos punteros de la bulliciosa escena madrileña y española, pero especialmente de la internacional, todo ello en consonancia y simbiosis con lo que se escuchaba en las mencionadas emisoras de radio.

Además el Marquee, como luego el Rock-Ola, se caracterizó por innovar en la promoción de sus actividades, con un contingente de fieles socios y con la línea gráfica de Gustavo Sánchez, de influencia británica, marcando un estilo propio en carteles, octavillas promocionales y entradas. 

La sala Marquee se quedó pequeña en pocos meses, y el bingo contiguo al Marquee, también propiedad de Jorge González y de un tamaño mucho mayor, estaba disponible, de modo que se decidió habilitarlo como sala de conciertos, dando continuidad al proyecto con Lorenzo Rodríguez y su equipo al frente de ambas salas, Rock-Ola y Marquee.

 

Referente de La Movida madrileña

Pero volvamos al Rock-Ola. Durante los tres años siguientes el equipo de dirección de la sala desarrolló una actividad frenética, ofreciendo varios conciertos semanales en los que, además, se daba entrada a grupos principiantes. Por ello no puede haber mejor descripción de este periodo que la larga relación de los conciertos que allí tuvieron lugar.

Era una de las salas de conciertos más grandes de Madrid, prácticamente la única que podía acoger a las bandas emergentes en el panorama internacional. En ocasiones estas preferían tocar dos días consecutivos en el Rock-Ola, con su escenario bajo y su público muy próximo, antes que ir a pabellones deportivos. Pronto, sin embargo, pabellones y campos de fútbol fueron el escenario natural para estos grandes grupos.

Entre sus muros actuaron en directo, entre 1981 y 1985, la práctica totalidad de los grupos de ese movimiento cultural, entre ellos Aviador Dro, Alaska y Dinarama, Nacha Pop, Radio Futura, Las Chinas, Ejecutivos Agresivos, Gabinete Caligari, Parálisis Permanente, Derribos Arias, Décima Víctima, Los Elegantes, Los Coyotes, Malevaje o Glutamato Ye-yé, así como de otras ciudades: Siniestro Total, Danza Invisible, Loquillo y los Trogloditas, etc. Pero fueron especialmente destacables los conciertos de artistas internacionales de la época, como Spandau Ballet, Simple Minds, Depeche Mode, Echo and the Bunnymen, Siouxsie and the Banshees, Nick Cave, Iggy Pop, The Stranglers o New Order.

El Rock-Ola no fue solo una sala de conciertos, sino que en unos meses se convirtió en una popular discoteca, un gran bar de copas que abría a diario. Aunque había otras salas, se estableció como el centro social y cultural de la Movida, el lugar donde había que estar para ver y ser visto y para bailar con las últimas novedades traídas de Londres.

En consonancia con el espíritu de la época, tras sus puertas convivían y se mezclaban jóvenes de diferentes clases sociales y de diferentes colectivos: punks, mods, nuevos románticos, pijos, hippies… y modernos en general que hacían gala del eclecticismo estético propio de la Movida. A la vez, desde el principio se hizo común ver en alguna de sus barras a las más notorias personalidades de este movimiento cultural: cineastas como Pedro Almodóvar, fotógrafos como Ouka Lele o Alberto García-Alix, pintores como El Hortelano o Pablo Pérez-Mínguez, actrices como Bibi Andersen o periodistas como los citados arriba y, por supuesto, las grandes figuras de la nutrida escena musical local.

Además de los conciertos, en Rock-Ola se celebraron todo tipo de eventos relacionados con la música y con las otras artes: exposiciones fotográficas y pictóricas, desfiles de moda, proyecciones de películas, representaciones teatrales, fiestas homenaje u organizadas por compañías discográficas o revistas.

El fin de una época gloriosa

A principios de 1983 el Marquee había sido absorbido por el Rock-Ola (como Rock-Ola 2).
A finales de ese año tuvo lugar el incendio de la discoteca Alcalá 20, y el año 1984 comenzó con una psicosis por la seguridad que de inmediato empezó a dar problemas a salas como Rock-Ola.


En noviembre de 1984 un incendio en los bajos del Rock-Ola destruyó el mobiliario, los equipos y archivos que allí se guardaban. Esto complicó los problemas de la sala con las autoridades municipales por el cumplimiento de la normativa de seguridad, y el 20 de febrero se notificó su cierre administrativo, que quedó en suspenso.

La sala Rock-Ola nunca fue un lugar especialmente conflictivo, pero ya en la última época los problemas en sus alrededores se hicieron más frecuentes. El 10 de marzo de 1985, a la una y media de la madrugada, un grupo de mods sale a la puerta, donde se produce una reyerta con otro grupo de rockers. En el incidente muere Demetrio Jesús Lefler. La noticia salta a todas las portadas y sentencia de muerte al Rock-Ola. Días después se ordena su cierre definitivo.

En Octubre de 2016, en la Calle José Abascal de Madrid, abre sus puertas al publico la versión 2.0 del Rock-Ola…. El tiempo dirá si segundas partes fueron buenas.

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