La Movida: El ‘Penta’, el bar de la Chica de Ayer
El origen de todo lo que es hoy en día Malasaña, es ese bar, el Pentagrama, conocido como el Penta.
Imagen de Carlos Viñas.
Corría 1976 cuando nació. Fue un bar que aunaba dos conceptos que antes no había: discoteca + bar. Hasta entonces, o te quedabas en un bar viendo el fútbol, y cuando se terminaba el partido, te ibas a casa, o tenías que salir bien entrada la noche para ir a la discoteca, y no te movías.
El Penta, el ‘discobar’ que unía estas dos cosas, fue el local donde Antonio Vega acudía cada noche, y al cual le dedicó una canción, la famosa ‘La Chica de Ayer’, que compuso mientras hacía la mili en Valencia y echaba de menos Madrid y su noche:
Un día cualquiera no sabes que hora es
te acuestas a mi lado sin saber porque
Las calles mojadas te han visto crecer
y tú en tu corazón estas llorando otra vezMe asomo a la ventana eres la chica de ayer
Jugando con las flores, en mi jardín
Demasiado tarde para comprender,
chica vete a tu casa no podremos jugarLa luz de la mañana entra en la habitación
tus cabellos dorados parecen el sol
Vuelvo por la noche al Penta a escuchar
Canciones que consiguen que te vuelva a amar
Me asomo a la ventana eres la chica de ayer
Demasiado tarde para comprender,
mi cabeza da vueltas persiguiéndote
mi cabeza da vueltas persiguiéndote
mi ca-ca-ca-cabeza da vueltas persiguiéndote
mi cabeza da vueltas persiguiéndote.
Dentro de sus cuatro paredes cabía de todo, “había crestas, había tupés, había chaquetas negras, había todo tipo de músicos y todo tipo de estilos”, según afirma el ex batería de Nacha Pop, Ñete. “Allí se pinchaba música nueva. Gente que viajaba a Londres, a EEUU, traían discos de grupos que aquí no se conocían“.
Sigue siendo a día de hoy, una referencia de la vida nocturna del barrio y de la ciudad, no sólo para los nostálgicos, sino también para aquellos que disfrutan de la buena música, y el buen servicio. Si vuelve, seguirá encontrado caras familiares, porque sigue habiendo mucha gente, sigue decorado muy parecido, foto más, foto menos, y el ambiente sigue siendo el mismo.
Un buen lugar para recordar los buenos tiempos, situado en la Calle de la Palma 4, en Madrid.
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